PuroMarketing – Cuando Facebook perdió el brillo, sepultado en medio de malas noticias y crisis reputacionales, exceso de anuncios y una avalancha de contenidos irrelevantes, a la compañía propietaria, la ahora llamada Meta, le quedó Instagram. La red social de fotografía tenía una experiencia de navegación todavía limpia y con no demasiados anuncios.Pero convertirse en la joya de la corona implica ser monetizada al extremo. Cada vez hay más ruido y, quizás, se ha llegado ya al punto del exceso de anuncios. Instagram está en ese punto complicado en el que es necesario seguir captando ingresos y tirando del carro, pero se…