Don Draper, el personaje de ficción y protagonista de la serie de televisión Mad Men, se convirtió a través de la pantalla en un símbolo representativo de la era dorada de la industria de la publicidad en los años 60, donde la creatividad y la intuición eran las grandes protagonistas, se encontraría hoy frente a un panorama fascinante pero también desconcertante: la llegada de la inteligencia visión del marketing se basaba en conectar emocionalmente con el consumidor, despertando deseos y aspiraciones, vendiendo no solo un producto, sino una experiencia, una felicidad anhelada. Para Don, una campaña efectiva era aquella que…